El cierre de la Alianza Público-Privada para el Desarrollo del Camarón de Tumaco dejó algo más que cifras y proyectos cumplidos: consolidó un renacer productivo, cultural y comunitario que hoy posiciona al camarón tumaqueño como símbolo de identidad y esperanza. El concurso gastronómico “Tumaco Sabe a Camarón”, celebrado como antesala del evento final, mostró que detrás de cada receta hay una cadena productiva fortalecida y una comunidad decidida a transformar su territorio desde sus propias raíces.

Redacción BIBO de El Espectador

A orillas del Pacífico nariñense, el camarón de Tumaco ha vuelto a convertirse en una importante apuesta para el desarrollo local. Su potencial productivo, cultural y económico encontró en los últimos cuatro años un impulso a través de la Alianza Público-Privada para el Desarrollo del Camarón de Tumaco (APPD), un esfuerzo conjunto que no solo reactivó hectáreas productivas, sino que logró reconstruir el orgullo de un territorio que decidió escribir una nueva historia.

Esto se hizo visible en noviembre con el concurso gastronómico ‘Tumaco Sabe a Camarón’, diseñado como antesala al evento de cierre de la APPD. Una iniciativa concebida para reconocer en la cocina tumaqueña un motor de identidad y turismo. Los términos de referencia del concurso buscaban incentivar la innovación culinaria, posicionar el camarón como emblema gastronómico del Pacífico y promover que hoteles, restaurantes y emprendimientos integraran preparaciones con producto local en sus menús, un reto al que se enfrentaron 13 establecimientos del casco urbano.

Tras la convocatoria inicial, los participantes presentaron una propuesta que debía relatar cómo su plato dialogaba con la identidad tumaqueña. El jurado, conformado por los chef Sebastián Delgado, de Tumaco, y Lucciano Korner, de Bogotá, evaluó criterios de creatividad, representación del territorio, potencial turístico y viabilidad para incluir estas preparaciones en las cartas de los restaurantes. Luego vino la etapa más decisiva: las degustaciones en sitio. Los chefs del jurado recorrieron Tumaco para probar ocho preparaciones, mientras capturas fotográficas registraban la memoria culinaria que posteriormente integrará el recetario digital “Sabores del Camarón de Tumaco”, uno de los resultados del proyecto.

Pero detrás de cada plato existía una historia mucho más amplia: la de un sector que resurgió con fuerza gracias al trabajo articulado de AECID Colombia, la Red Adelco, APC Colombia y ONUDI. Fue esta alianza la que permitió recuperar hectáreas de cultivo, garantizar abastecimiento local de larva y concentrado colombiano, y abrir canales comerciales que hoy llevan camarón tumaqueño a cadenas de restaurantes a nivel nacional. Un logro que, según Yurani Martínez, coordinadora del proyecto, “se basó en producir con enfoque de formalidad y fortalecer a las organizaciones de base para que lideraran sus propios procesos”.

El proyecto impactó directamente a 300 familias productoras, acompañó a 40 mujeres, 16 jóvenes y dos familias indígenas, y se llegó a una población donde 127 personas son víctimas del conflicto armado, quienes ahora encuentran en el camarón una oportunidad concreta de ingresos y estabilidad.

Durante cuatro ciclos productivos consecutivos —todos bajo un enfoque de formalidad, con larva colombiana de Ceniacua y concentrado nacional de Italcol— se reactivaron más de 158 hectáreas, distribuidas en 27,2 hectáreas del primer ciclo, 52,2 del segundo, 39,2 del tercero y 40 hectáreas del cuarto, este último financiado en gran medida con un fondo de $340 millones, administrado por la Federación de Acuicultura del Pacífico (Fedeacuapac).

El cierre del proyecto se realizó en la Escuela Taller de Tumaco, un espacio construido con el apoyo de la AECID y que simboliza los palafitos y el arraigo del Pacífico. Allí, las dos finalistas seleccionadas en las rondas previas prepararon en vivo sus platos ante 50 invitados que celebraron cuatro años de transformación productiva. Para Miguel González, coordinador general de la AECID Colombia, demostró que “el camarón es hoy un modelo de desarrollo viable, con enorme potencial económico y, sobre todo, social”.

El veredicto dejó como ganadora a Darly Inés Orobio, del restaurante Sol y Mar, quien presentó una preparación de camarones con salsa tradicional. “Es un honor; estamos muy contentos”, expresó emocionada al recibir el título de ‘Maestra del Camarón de Tumaco’. El segundo lugar lo obtuvo Diana Cortés, de Atypical Pizza Bar, otra muestra del talento local.

El cierre del proyecto dejó resultados concretos: se procesaron 9.611 kilos de camarón que ingresaron a hoteles, restaurantes y cafeterías en Bogotá “Antes, los proyectos nos ponían a competir. Hoy tenemos una sola voz, estamos articulados y sabemos hacia dónde vamos”, afirmó Óscar Orobio Benavides, representante legal de Fedeacuapac.

Estos avances no solo fortalecieron la producción: ampliaron oportunidades para las comunidades del territorio, logrando por ejemplo que la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional financiara la compra de dos ultracongeladores que hoy mejoran tiempos, costos y estándares en el procesamiento local. Y en 2025, la cadena celebró un logro histórico: la Superintendencia de Industria y Comercio otorgó el registro de la marca colectiva “Camarón de Tumaco”, blindando legalmente la identidad de este.

Además, ese compromiso se materializó en el “Pacto Territorial por una Camaronicultura Competitiva, Sostenible e Incluyente”, firmado por los actores locales en el marco del evento de cierre. Este pacto estableció siete principios rectores que reafirman, entre otras cosas, al camarón como vocación territorial, la corresponsabilidad de las comunidades en definir el rumbo de la agenda y el camarón como producto de paz frente a las economías ilegales.

Este documento “es la constancia de la voluntad común de recorrer un camino juntos para que el camarón de Tumaco sea reconocido como símbolo de lo que el territorio es capaz de lograr”, afirmó Luis Vargas, subdirector técnico de la Red Adelco.

Con el aroma del mar y del fogón tumaqueño aún presente, la APPD cerró su ciclo dejando un territorio más fuerte y con una visión clara de futuro. El concurso ‘Tumaco Sabe a Camarón’ no solo celebró recetas: celebró a las mujeres y hombres que han hecho del camarón una nueva forma de imaginar el desarrollo local.

 

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